lunes, 2 de diciembre de 2019
Felipe VI, el desobediente blindado - por Domingo Sanz, politólogo *
By Ateneo Republicano Almansa at 13:04
Artículos, Ateneo Republicano Almansa, Elecciones, Régimen ´78
Sin comentarios
Leo en Voz Populi: “Portazo del Rey a Sánchez: se niega a ir a Argentina porque quiere tomar las riendas de la situación política”.
Lo primero que hago es buscar en la Constitución el artículo “Rey tomar riendas situación política” y no lo encuentro.
Jueces del TC, ¿pueden proceder contra el rey, por favor?
Lo sentimos, es inviolable.
(Siempre optimista, este blindaje del rey no deja de ser una manera de reducir la carga de trabajo en los juzgados, a la vista de la cantidad de delitos que los reyes pueden cometer desde sus posiciones de privilegio, por ejemplo, protegiendo al yerno favorito hasta que los excesos comenzaron a oler demasiado. Deduzco que los jueces son los primeros interesados en que Felipe VI pueda hacer lo que le de la real gana).
Dicen los de Voz Populi que se ha librado una batalla de agendas entre Moncloa y Zarzuela por un solo día, el 10 de diciembre, entre Sánchez, apoyado por 120 diputados más 35 de Iglesias, y Felipe VI, que quizás no esté tan solo.
La noticia de la tensión entre ambos personajes resulta creíble a partir de los antecedentes. A Rajoy le faltó tiempo, tras la moción de censura, para aclarar que lo del discurso real del 3 de octubre de 2017, aquel en el que amenazó a los catalanes que querían decidir su futuro, fue cosa del rey, y que él nunca se lo habría pedido, lo que hay que traducir por “ojalá hubiera podido impedirlo…”.
A la vista de la situación de España dos años después de aquella chulería real y que, entre otras cosas, provocó el hundimiento del Ibex35 al día siguiente, hay que darle a Rajoy tanta razón por su frustración como grande fue su cobardía, pues él mandaba con sus 137 diputados más 32 de Rivera y debía haberle dicho al rey que nada de salir por la tele, que España es una democracia y tiene (tenía) un gobierno.
Pero ni era ni es verdad que España tuviera o tenga un gobierno, porque su presidente ni fue entonces ni es capaz ahora de impedir que el rey se salga con la suya cuando discrepa del Sánchez de turno, que es cuando importa que quede claro quién manda.
Lo más grave de todo esto es que no sabemos si Felipe VI actúa según su capricho o en compañía de terceros. Ya que tenemos una Monarquía transparente y estamos todos tan controlados, ¿podría publicar el Gobierno, cada día, las grabaciones de todas las conversaciones que mantiene el rey, tanto si son en persona como a través de cualquier medio? Las partes íntimas pueden borrarlas.
No nos deben preocupar tanto las cosas que hable el rey con otros por él mismo y su familia, a fin de cuentas, solo es una más entre tantos millones. Lo hacemos por las malas compañías, que tanto daño han causado a tantos a lo largo de la historia.
De nuevo optimistas, e incombustibles, no hay bien que por mal no venga. Si entre Sánchez y Felipe VI se lían a hostias, aunque solo sean verbales, quizás los catalanes se apiaden de nosotros y nos ofrezcan sumarnos a su república.
Tiene que ser pronto, porque las ofertas tienen fecha de caducidad, y puede terminar en cualquier momento.
De hecho, si se la hubiéramos comprado antes nos habría salido mucho más barata.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Domingo Sanz
domingo, 1 de diciembre de 2019
Que sus nombre no se borren de la Historia
By Ateneo Republicano Almansa at 12:59
Antifranquismo, Artículos, II República, Memoria Histórica, Régimen ´78
Sin comentarios
(A ellos, a esos besos y abrazos fusilados por el odio y la sinrazón, con todo mi desprecio hacia aquellos que pretenden ,arrancando lápidas, borrar sus nombres de la historia).
Miras sus esqueletos en los fondos de las fosas, te produce escalofrío y angustia, en tu cabeza imaginas esos últimos momentos de sus vidas, esos días de angustia, que ni el aroma de las flores del cementerio, puede disimular la falta de besos y abrazos que se quedaron pendientes. Muecas de dolor, de tristeza, de desprecio hacía sus asesinos. En sus ropas, lapiceros y las últimas cartas de amor en los bolsillos, en sonajero de Martín, o un lazo en atado, tal vez a sus cabellos, para si un día los rescatan del olvido sepan sus seres queridos que no son huesos, que murieron por la libertad y por el amor y que el postrero instante de ternura, fue para ellos, justo antes de que balas asesinas les arrebataran los últimos besos y abrazos.
Los he visto en las fosas de Paterna, pero también están en la Almudena, en Uclés, en Cuenca, Badajoz, Cuenca, Málaga, Sevilla o en una ignorada cuneta de las muchas repartidas por España, mientras sus asesinos reposan en iglesias y catedrales, con todos los honores y sin que les falten flores.
Y no son huesos, no son esqueletos los que se besan y abrazan con ternura, son aquellos corazones enamorados que una mañana, como otras muchas mañanas, después de una noche en vela, sin dormir, sabiendo que llegarían antes del alba, en sus caras la risa se desvaneció, el brillo de unos ojos se tornó acuosa y dolorosa oscuridad de quienes quedaron y en muerte de quienes que no querían cerrarlos para siempre.
Cuando llamaron a la puerta, de sus labios escapó el último suspiro antes del postrero beso y el penúltimo abrazo. Aquel abrazo desgarrado que auguraba la soledad eterna de la espera, el silencio de los enterradores que saben que sepultan con sus palas jóvenes vidas que dejaron tras de sí muchos besos que dar, muchos abrazos que recibir.
Amanece, y es la oscuridad lo que cubre con su negro manto los corazones, justo después de los disparos de los traidores. La tierra de España se regó con las lágrimas de madres y esposas enlutadas, de hijos que nunca recibirán el abrazo cariñoso de su padre, o de su madre, de hijos que no nacerán, porque esos peinaran los no nacidos con las estrías de sus balas al mismo tiempo que asesinan a sus madres.
Quienes se quedan, encontrarán el lecho desierto cada noche, esperando el reencuentro que no llegará hasta que la muerte les junte.
La tierra de España fue regada con lágrimas desconsoladas, con sangre valiente de hombres y mujeres, que desde sus tumbas gritan contra los miserables que ordenan el olvido, y pretenden que se borre sus crímenes de la memoria colectiva de una a quitar sus lápidas del Memorial.
Sobre esa tierra crecerán rosas, rojas como la sangre derramada, y de cada espina de sus tallos, no lo dudes, saldrán tres mil corazones, seis mil ojos, puños dispuestos a enarbolar la bandera de la libertad y desde sus cuencas vacías a los miserables, reirán ochenta y tres años después.
Cae la lluvia triste sobre Madrid, parece como si todas las ausencias se concentraran de nuevo junto a las tapias de la Almudena y de nuevo, sonaran los disparos, con cada una de las lápidas que arrancan, o pretenden arrancar de la memoria.
Las estrellas volverán a brillar, y las banderas de la Libertad a ondear, que no lo duden los patriotas de trapo. Por mucho que ladren los perros, que de un tiempo a esta parte no cesan de ladrar, no por los huesos enterrados, no por la pena causada, sino porque son perros rabiosos, y como tales se comportan. Helados tienen el corazón quienes, a las víctimas del asesino, pretende humillar de esa forma…
Llueve, sobre los corazones helados de quienes no se conmueven ni tienen sensibilidad de ochenta años de espera para esos besos y abrazos que se dejaron de dar, porque con el atronador sonido de fusiles asesinos, asesinaron los besos, se puedan dar en el tiempo y en la memoria.
Texto © Paco Arenas
La ternura de los besos fusilados (Ilustración ©Víctor Blake