Para no enfadar a los admiradores de nuestra democracia he preferido titular “modelo” en lugar de “régimen”, pero…
¿Acaso alguien puede negar que nuestra historia es única?
¿Como que no?
¿Qué país occidental se ha roto durante el siglo pasado por una guerra civil de tres años y a continuación una dictadura de cuarenta?
¿Y qué país mantiene, cuatro décadas después, un mausoleo dedicado al dictador?
Tanto tiempo como ha pasado es suficiente para no errar en el diagnóstico.
15 de junio de 1977: primeras elecciones en libertad, con ilusión y un punto de inocencia.
1980: en algún momento de ese año, hasta el rey que lo había nombrado se hartó de Adolfo Suárez y proliferaron los intrigantes, que disfrazaron su triunfo con la derrota de Tejero. La derecha había puesto en peligro la democracia porque no pudo controlar a sus ultras, pero pagaron su desorganización en las urnas de 1982, que respondieron eligiendo a los socialistas.
Año 1996: mucha corrupción en el socialismo de González y uso de cloacas para “resolver problemas”, pero fue la crisis económica mundial iniciada en 1992 lo que les sacó del gobierno. De hecho, las medidas más importantes del primer gobierno del PP fueron económicas.
Marzo de 2004: el PP nos metió en la guerra de Irak y después envenenó la política inventando la mentira más cruel sobre la sangre de cientos de inocentes, pero las urnas volvieron a responder regresando al PSOE.
Noviembre de 2011: de nuevo una crisis económica mundial, iniciada también cuatro años antes, derrotó a los socialistas.
Año 2018: el PP llevaba mucho tiempo sustituyendo política por represión y juicios para no negociar con la Generalitat de Catalunya, pero terminó siendo expulsado del Gobierno tras una sentencia por corrupción.
Año 2019: todas las encuestas, sin excepción, anuncian, al igual que hicieron las urnas en 1982 y 2004, que los votos nombrarán a la izquierda para que arregle la quiebra política que ha dejado la derecha, dividida como durante la Transición y abusando de argumentos autoritarios. Y con un rey que también osó alterar los ritmos de la democracia, esta vez el día 3 de octubre de 2017.
Cerrado el círculo, nos encontramos rodeados de preguntas. Algunas son estas.
¿Puede la derecha española soportar la democracia sin aflorar franquismo cada cierto número de años?
¿Debemos asumir que también al primer gobierno de izquierdas que venga le tocará lidiar con la próxima crisis económica mundial?
¿Qué peligros nos esperan si volvemos a salvar la monarquía en España?
¿Es posible imaginar a Catalunya formando parte de una España con rey?
¿Si el 28 de abril confirma lo que dicen las encuestas, es posible seguir negando una reforma fuerte de la Constitución de 1978?
¿Habrá estabilidad si seguimos dentro del círculo?
Domingo Sanz.-
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