Desde el mes de octubre llevan saliendo a la calle, al principio salían en algunos noticiarios de manera anecdótica, intentaban hacer creer en el resto de los estados europeos que se trataba de algo insignificante, una protesta puntual por la subida de los combustibles. Pero se trataba de mucho más, la injusticia social l y la pérdida drástica del poder adquisitivo, tal y conforme había ocurrido en España durante el mandato de mediocre y nefasto Mariano Rajoy.
Emmanuel Macron, el flamante presidente de la República Francesa, desde su proclamación, fue demostrando paso a paso su intención de ser el nuevo emperador de Francia, con aires de grandeza que en ocasiones rozan lo ridículo y que recordaban al mismo Napoleón Bonaparte en su parte más negativa. Al mismo tiempo, llevaba a cabo medidas desastrosas anti sociales, como las llevadas a cabo por Rajoy en España o Macri en Argentina, y que en ambos casos han sido desastrosos para las clases populares, gigantescos pasos atrás en todos los sentidos para sus respectivos países. Los franceses no estaban dispuestos a que les ocurriese lo que a sus vecinos del sur. Lo tenían claro, ellos no eran los sumisos vasallos de un tirano, ellos eran, son ciudadanos de la República Francesa, de la tierra de la libertad.
Pronto el movimiento se extendió, en menor medida a otros países, en algunos casos de manera insignificante, principalmente Bélgica, Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Grecia, Italia, y España. Entonces se impuso la censura de manera drástica, el movimiento de los chalecos amarillos dejó de existir en los noticiarios españoles, donde su principal tema internacional, y único, es Venezuela, y por supuesto apoyando de manera descarada al «presidente encargado» nombrado y teledirigido por Donal Trump, Juan Guaidó.
Francia, a pesar de tener frontera con España, es totalmente invisible, no existe a pesar de los diez muertos, de los cientos de heridos, muchos de ellos muy graves, de los miles presos cada semana, rozan ya los siete mil. sin embargo, Francia no existe en los noticiarios. Todos los días llegan a través de las redes imágenes avergüenzan a las mismas fuerzas policiales, hasta el punto que en Besanzón, la capital del Franco Condado, con mucha historia española detrás, incluida la del gran novelista francés, Víctor Hugo, nacido en España, las fuerzas policiales se quitaron los cascos y se unieron al pueblo el pasado sábado.
En las redes pueden verse brutales cargas policiales, que recuerdan los peores tiempos de la dictadura franquista, impropias de un estado democrático, utilizando fusiles de asalto, bombas lacrimógenas o pelotas de goma de manera indiscriminada, incluso, como se ha podido ver, contra manifestantes con minusvalía en sillas de ruedas. Pero no tengan cuidado, ni una de esas imágenes se verán en ninguna cadena de los noticiarios españoles, tampoco en la radio o en la prensa, el movimiento de los chalecos amarillos es totalmente silenciado, invisible y censurado en la autodenominada «democracia española» de Felipe VI.
Paco Arenas
0 comentarios:
Publicar un comentario